Los saberes, la energía y la fuerza de las zonas rurales, definen a Marianela Sepúlveda, una mujer maulina, nacida y criada en la localidad González Bastías, en el tramo del Ramal Talca- Constitución donde corre el último bus carril de Chile. 

Marianela es una mujer conocida en la zona y su liderazgo ha impulsado diversos proyectos a favor de las localidades aledañas. “Me enorgullece el vínculo afectivo con la zona, aquí sabemos quien vende los huevos, quien hace las tortillas, nos conocemos y nos apoyamos para salir adelante. En cambio en la parte urbana cada quien vive en su mundo”, comenta.

Si bien en su juventud se fue a estudiar y trabajar afuera, nunca dejó de visitar la zona y con los años regresó para continuar su vida con su esposo en la casona del poeta Gonzalez Bastias, donde forjó el Centro de Eventos y Hospedaje temporal “Doña Marianela” un lugar para disfrutar de la ruralidad y la gastronomía.  “No es lo mismo comerse una cordero arvejado en Talca que comerlo en la Casona del Poeta Gonzalez Bastias y no es lo mismo un charquicán con las verduras de nuestra tierra que de otro lado”, asegura. 

Tal como sus vecinos, ella se levanta muy temprano y un día normal empieza mirando sus gallinas, sacando los huevos, viendo sus perros y regando las plantas. “En sectores rurales tenemos una rutina muy hermosa, no hay tiempo para pensar en las penas o en las enfermedades”, dice.

Su tierra le da fuerza y así lo experimentó recientemente, cuando afrontó graves complicaciones tras contagiarse de Covid-19. “Hace poco tuve una experiencia muy grave con el Covid-19 -estaba en Talca- y dentro de toda mi enfermedad yo le pedí a mis hijos que me llevaran a mi tierra natal, que me llevaran a Gonzales Bastias y me llevaron (...) Es la tierra que amamos, y es la tierra que me da vida”, afirma.

Urge potenciar el turismo rural

A sus 65 años, Marianela es presidenta de la Asociación de turismo “El Ramal” integrada principalmente por mujeres de la zona con quienes ha desarrollado proyectos en pro de impulsar los atractivos de la zona y talentos locales.

“Queremos que nuestras costumbres jamás se pierdan, que no se olvide que en el Ramal vivió gente. Queremos que jamás se olviden de nuestros ancestros, de nuestra cultura, de todo lo que nace en la zonas rurales ”, asevera.

Si bien reconoce que se ha avanzando en varios aspectos, aún queda mucho camino por recorrer en cuanto al mejoramiento de accesos y turismo rural. “El Ramal es una fuente muy buena par el turismo y no han hecho proyectos para la gente conozca más, se abra más.Tenemos un buscarril que la gente pelea por viajar en él, pero hay que arreglar las líneas y paraderos, que se está haciendo pero ha sido lento el proceso de hacer las mejoras que se han prometido pero esperamos que pronto sea una realidad”, explica.

“La gente tiene las herramientas para trabajar.Tenemos en Corintos un grupo de emprendedores que tiene productos muy bonitos, gente que trabaja la lana, que hace gastronomía, restaurantes, tenemos para recibir al turismo”, cierra.